La capital de Alemania vivió este lunes una breve ventisca, pero con una intensidad que desconcertó a los bombarderos. El cielo se oscureció sobre Berlín a las 19.30 horas y una fuerte riada cerró la capital y partes de Brandeburgo, con vientos de hasta 110 kilómetros por hora. El cuerpo de bomberos declaró el estado de emergencia meteorológica hasta una de las madrugadas de este martes y participó en 391 operaciones de rescate. La situación se ha calmado este martes.
La furia del tormento sembró el caos en la capital alemana y provocó el cruce del S-Bahn (tren interurbano) tras pasar por encima de una caída de carnero. Varios transeúntes de Tuvieron que fueron evacuados a un lugar seguro a través de las escaleras de emergencia.
El efecto de la lluvia fue resumido por el viento. Varias ramas de árboles se rompieron debido a las fuertes ráfagas registradas en toda la ciudad. En algunos casos, árboles enteros fueron arrancados, como ocurrió en el Volkspark Friedrichshain, un gran parque en el centro de la capital. El enorme parque Tiergarten también se vio afectado por la ventisca y numerosos árboles cedieron por la fuerza del viento extremo.
Pese a lo extraordinario del suceso, no se registraron desaparecidos, aunque cinco personas sí sufrieron heridas (tres en Berlin y dos en Brandeburgo). Dos de ellas sufrieron daños buscando una rama en un desfile de autobuses en Berlín-Charlottenburg. Según el departamento de bomberos, ambas personas fueron trasladadas a un hospital el lunes por la noche para recibir tratamiento.
Sin embargo, la furia de la tormenta no alarmó demasiado a un meteorólogo como Dominik Jung, que trabajaba en el servicio Wetter.Net. “Fue una tormenta feroz. Esto sucedió en ocasiones en Berlín. Me acompañaron lluvias y tormentas violentas, así como ráfagas con fuerza de huracán”, explica el experto a este diario. “La causa fue un frente frío que llegó a Berlinn tras un día muy caluroso”, añade.
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“Es cierto, fue una tormenta muy violenta, ma no ha sido la primera vez que esto sucede en Berlín y tampoco será la última”, explicó Mathias Rudolf, del Servicio Meteorológico de Postdam. “Esto ocurre dos o tres veces al año y su origen tiene que ver con las altas temperaturas”, continuó.
Las lluvias fuertes han aumentado en Berlín durante los últimos años y la ciudad experimentó un veredicto de inundación el 29 de junio de 2017. En 18 horas cayó tanto como en un trimestre estándar de un año. 2,8 millones de metros cúbicos de agua de lluvia, mezclada con agua residual, corrieron a través del sistema combinado de alcantarillado de Berlín. Las plantas de tratamiento de aguas residuales reciben el doble volumen habitual.
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